A veces tenemos falsas creencias sobre lo que es el amor, y más aún sobre el amor ideal. Esto tiene que ver con lo que hemos visto en películas, hemos oído, nos han enseñado o nos han contado desde que somos pequeños. Pero poco tienen que ver con lo que realmente es tener una relación de pareja y en qué consiste el amor sano. Para empezar, no para todo el mundo el amor ideal (o la pareja ideal) tiene las mismas características. Lo que para una persona es importante, no tiene por qué serlo para otra. Por ejemplo, para algunas personas, la fidelidad es un punto fundamental de su relación. Pero para otras, es importante poder tener una relación abierta.

En cualquier caso, y aunque decidas qué es importante para ti en una relación, te dejamos una serie de creencias que están muy extendidas, pero que son falsas y las mantenemos, incluso aunque algunas se contradigan entre ellas. El conocerlas nos puede ayudar a detectarlas y esto nos va a permitir disfrutar de una relación de pareja sana y equilibrada.

  1. El amor de verdad es para toda la vida. A veces, el amor se acaba, la relación no funciona o ya no sentimos lo mismo. Y esto forma parte del proceso de las relaciones. Los seres humanos cambiamos, evolucionamos y también lo hacen nuestras relaciones. Lo ideal es que la relación continúe mientras funcione. Y en el momento que deje de hacerlo, si no se puede solucionar, lo mejor es dejar que cada uno siga su camino.
  2. Las parejas que se quieren, no discuten. La realidad es que las parejas están formadas por dos seres humanos. Cada uno tiene sus motivaciones, sus necesidades, su forma de ver el mundo y su manera de ser. Así que esto supone, como en cualquier otro tipo de relación entre dos personas, que a veces no vamos a estar de acuerdo. Que nos pueden dañar o podemos molestar a la otra persona (aunque sea sin querer). Y esto va a derivar en enfados y posibles discusiones. Lo que sí que es importante, es la manera de comunicar este enfado y conseguir en la medida de lo posible, que esas discusiones sean productivas, que tengan como finalidad encontrar un punto intermedio o modificar comportamientos que sean perjudiciales para la relación o para sus miembros.
  3. Las parejas que hacen todo juntas, se quieren más. La creencia de que cuando tenemos pareja, debemos hacer todo juntos, no solo es falsa, sino que es perjudicial para la pareja y para las personas que la forman. Es fundamental que cada uno conserve su espacio, sus amistades, sus momentos a solas, etc. Porque tener pareja, no tiene que ser sinónimo de perder nuestra individualidad. En el equilibrio, está el punto ideal.
  4. Los celos son sinónimo de amor. “Si se pone celoso es que me quiere”. Muchas veces hemos oído (o creído) esta frase. Pero nada más lejos de la realidad. Los celos son sinónimo de inseguridad y de falta de confianza en el otro. Es normal sentirlos en alguna ocasión, pero cuando se convierten en una fuente constante de discusión, cuando aparece el control del otro o coartamos su libertad, supone un problema para la relación. Además, los celos no nos aseguran que la otra persona se va a quedar a nuestro lado. Si alguien quiere mantener una relación conmigo, que sea por libre elección y no por obligación.
  5. Si ya no siento mariposas en el estómago es que no es amor. Las relaciones van evolucionando. Al principio, con el enamoramiento, idealizamos al otro, queremos estar todo el día con esa persona, nos olvidamos del resto de cosas de la vida y sentimos mariposas cada vez que nos vemos. Con el paso del tiempo, eso se transforma en intimidad, confianza, conocimiento mutuo… no quiere decir que una etapa sea mejor que la otra, son diferentes. Con sus ventajas y sus inconvenientes. Dar por terminada una relación, si ya no sentimos lo mismo que al principio, puede ser un error, porque es lógico no sentir lo mismo y, por lo tanto, una equivocación el pretender que sea así.
  6. El nivel de pasión se mantiene estable durante toda la relación. Igual que decíamos en el punto anterior en este sentido, las relaciones también van cambiando. No mantener la misma intensidad que al principio, no quiere decir que la relación vaya mal o que ya no nos sintamos atraídos/as por nuestra pareja. Es un síntoma lógico de que la relación va evolucionando. Lo que es importante una vez más, es la comunicación entre los dos, hablar de si esto supone un problema y por qué y si así lo fuera, buscar las soluciones adecuadas para los dos.
  7. El amor todo lo puede. La realidad, es que para que una pareja funcione y la relación nos haga sentir bien, hacen falta más cosas. Como, por ejemplo, comunicación, complicidad, confianza, intimidad, cuidado mutuo… si no existen estos ingredientes, la relación no funciona (aunque se mantenga).
  8. Si no tengo amor, no estoy completo/a. Esta creencia, además de errónea, puede ser peligrosa. Nos puede llevar a embarcarnos o mantener relaciones que ya no funcionan solo por no estar solo/a. Tener una relación de pareja puede ser maravilloso y hacernos sentir muy bien. Pero también se puede convertir en un lastre, en una montaña rusa emocional que nos hace sentir mal incluso llegando a provocar inseguridad y bajo estado de ánimo. Por eso, no todo vale en el amor. Y por eso no tenemos que obligarnos a mantener una relación a toda costa. Ya nacemos completos, sin la necesidad de que nadie lo haga por nosotros/as.

Si crees que mantienes algunas de estas creencias, desde Breaking Ice, te animamos a revisarlas y modificarlas por otras que sean más realistas y útiles. Porque esta es la manera de construir relaciones de pareja que sean sanas y satisfactorias.

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