¿Cómo separar el corazón de la razón?
Los seres humanos solemos convivir con una dualidad entre la razón o lo que nos dice nuestro cerebro y la emoción o lo que nos dice nuestro corazón.
Hay todo tipo de opiniones que dan respuesta a esta pregunta. Algunas personas piensan que es imposible ser amigos después de una ruptura. Otras personas, sin embargo, mantienen una relación cordial e incluso amistosa con sus ex.
Desde Breaking Ice creemos que la respuesta a esta pregunta es definitivamente sí. Pero no es tan fácil como podría parecer y tiene muchos matices.
Para empezar, dependiendo del motivo de la ruptura va a ser más fácil establecer un nuevo vínculo de amistad o no. No es lo mismo una relación que termina porque ya no hay amor, que una que lo hace por infidelidades o malos tratos.
Ni tampoco una que lo hace de mutuo acuerdo a aquella en la que lo decide uno de los dos miembros de la pareja. Tampoco es fácil mantener la relación de amistad cuando hay rencor o sentimientos de venganza hacia la otra persona.
También va a ser determinante el tipo de comunicación y confianza que haya existido durante la relación. Si los dos miembros han sido capaces de comunicarse y ser sinceros siendo pareja, es más fácil que puedan seguir haciéndolo tras la ruptura.
Teniendo en cuenta estos matices, la situación ideal sería aquella en la que después de dar por finalizada la relación, se pudiera mantener una buena amistad o al menos una relación cordial. Con mayor razón en los casos en los que es necesario seguir teniendo un vínculo con esa persona, por ejemplo, por tener hijos o mascotas en común.
Y porque, al fin y al cabo, esa persona ha formado parte de nuestra vida durante un tiempo, ha sido alguien importante, y por el hecho de que la relación de pareja no funcione, no quiere decir que no se pueda establecer otro tipo de relación.
Es cierto, que estamos acostumbrados a escuchar todo lo contrario. Que una vez que acaba la relación, es mejor no volver a verse y cerrar esa etapa.
Pero si las dos personas quieren, después de la ruptura puede iniciarse una nueva etapa con otro tipo de relación. Desde Breaking Ice te proponemos una serie de ideas a tener en cuenta si queréis ser amigos después de la ruptura.
Los dos miembros de la pareja tienen que estar de acuerdo. Si una de las personas implicadas no está dispuesta a mantener ese vínculo, no se puede forzar ni obligar.
Es una decisión que cada uno tiene que tomar libremente. Incluso podría ocurrir que en un primer momento sí quisiera hacerlo y después cambiar de opinión si la amistad no funciona.
Es muy importante ser honesto con uno mismo y con el otro y tomar las decisiones que cada uno sienta que son más adecuadas.
Al principio es necesario tomarse un tiempo para elaborar el duelo por la ruptura.
Por muy bien que haya terminado la relación, siempre es necesario cerrar heridas que se hayan podido ocasionar y recolocar a la persona en otro tipo de relación.
En estos momentos es mejor mantener cierta distancia, no tener contacto con el otro y cuando las dos personas se encuentren preparadas, ir retomando poco a poco la relación.
Mantener una amistad es un trabajo de dos. Construir una nueva relación va a suponer un trabajo por parte de los dos miembros.
Donde van a tener que poner en práctica las habilidades de comunicación y cuidado mutuos.
Intentando adaptarse a los diferentes ritmos que necesite cada persona y, sobre todo, hablando y expresando cómo se van sintiendo con esta nueva forma de relacionarse.
También es fundamental dejar las exigencias de lado y utilizar la sinceridad y honestidad en todo momento.
Es importante tener claro que las intenciones de los dos son las mismas.
Es decir, que los dos están de acuerdo en mantener la relación de amistad pero que no esperan que vaya más allá de nuevo.
Si uno de los dos mantiene el vínculo por la esperanza de que la otra persona se vuelva a enamorar, la amistad no va a funcionar.
Esto suele ser más habitual en el caso de que seas la persona a la que han dejado. Por el contrario, la persona que deja la relación, puede tener sentimiento de culpa. Y que sean estos los que le lleven a mantener una amistad.
En ambos casos, los motivos por los que tener este vínculo son erróneos y antes o después pueden terminar por herir a la otra persona.
También hay que tener en cuenta que a lo largo de la nueva relación que se ha establecido, habrá momentos más complicados.
Por ejemplo, cuando uno de los dos encuentre una nueva pareja. De nuevo con comunicación y confianza se pueden solventar este tipo de situaciones.
Suele ser aconsejable poner ciertos límites. Por ejemplo, hablar según qué cosas si uno de los dos inicia una nueva relación de pareja.
El dar demasiada información o ser muy explícitos sobre esa nueva relación, puede dañar a la otra persona, por muy buena que sea la amistad que los une.
O ser honestos con uno mismo y con el otro, si mantener la relación nos está haciendo sufrir es mejor distanciarse antes de que el daño vaya a más.
En definitiva, sí que es posible tener una relación de amistad con nuestra ex pareja, pero partiendo de una buena base de comunicación y estando los dos miembros de acuerdo.
En los casos en los que no se cumplan estos requisitos, no solo no es posible mantener ese vínculo, sino que es desaconsejable porque uno de los dos, o los dos miembros, van a sufrir por intentar mantener esa relación.
Los seres humanos solemos convivir con una dualidad entre la razón o lo que nos dice nuestro cerebro y la emoción o lo que nos dice nuestro corazón.
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