En los últimos años no han dejado de surgir nuevas palabras y términos para describir, de la forma más exacta posible, las diferentes formas de relacionarse y de crear vínculos que existen en la actualidad.
Una de las más recientes, y que va a tomar especial protagonismo en los próximos meses, es el cuffing ¿Habías oído hablar del cuffing? Si no sabes lo que es, sigue leyendo que te lo explicamos todo.
Acabamos de comenzar esa época del año en la que hace frío, llueve, los días son más cortos y lo que apetece es quedarse en casa haciendo el fantástico plan de sofá, manta, palomitas y peli.
Y a veces, nos parece que ese plan es aún mejor si podemos compartirlo con alguien especial.
Esto, entre otras causas que luego comentaremos, es lo que propicia el llamado cuffing.
Esta palabra deriva de handcuffs (esposas en inglés) y en su traducción al español quiere decir algo similar a “temporada de emparejarse” haciendo referencia a “estar atados” o “conectados” a otra persona.
El término apareció en el año 2011 en el Urban Dictionary pero no fue hasta el 2013 cuando empezó a hacerse popular en los Estados Unidos y a incluirse en el lenguaje habitual relacionado con las parejas y las nuevas formas de establecer vínculos.
Entre otros motivos comenzó a hacerse frecuente el uso de esta palabra gracias a la canción del rapero Fabolous llamada “Cuffin Season” y su uso en las redes sociales.
Hay estudios que concluyen que, en la época del año que va desde octubre hasta mediados de febrero, es el momento en el que más parejas se crean.
Según la psicóloga Dara Bushman, “las personas tienden a sentirse más solas durante estos meses, y tienen niveles más altos de testosterona, lo que lleva a la gente a querer tener algo más estable”. Y no solo se trata de que las personas que desean encontrar pareja durante todo el año ahora se sienten más atraídas aún por esta idea.
Sino que, las personas que no suelen pensar tanto en establecer este tipo de vínculo, ahora es el momento en el que se lo plantean o empiezan a considerar una buena opción esa búsqueda de compañía.
Además de lo mencionado hasta ahora, otras circunstancias tienen que ver con este fenómeno.
Los planes que hacemos en este tiempo se reducen, salimos menos o hacemos más cosas en casa, lo que reduce las posibilidades de tener diferentes encuentros.
Y por eso, aumenta la sensación de soledad, porque en general, tenemos menos interacciones sociales, los días son más fríos y cortos así que pasamos menos tiempo acompañados por las personas de nuestro entorno.
Por otro lado, son fechas navideñas. Y prácticamente todo en estos días, nos recuerda las ventajas de tener pareja para poder compartirlo con ella.
Los compromisos familiares, las reuniones de amigos, los mensajes en las redes sociales, la multitud de planes pensados para compartirlos con tu pareja, e incluso las películas navideñas nos recuerdan que estas fechas se pasan mejor con alguien especial a nuestro lado.
Además, suelen ser fechas en las que nos sentimos más sensibles, en las que es frecuente que aparezca cierta nostalgia y pensemos en compartir todas estas emociones con alguien.
Así que no estaríamos hablando solo de encontrar a una persona especial para ayudarnos a sobrellevar el frío físico por las bajas temperaturas de la época, sino también alguien con quien sentirnos protegidos/as de ese frío emocional o psicológico.
Todo esto, nos lleva a embarcarnos en un momento del año en el que nos apetece ligar, pero para encontrar una relación más estable, una persona con la que poder compartir momentos más allá de una o varias citas esporádicas.
Aunque sea solamente para pasar estos meses del año en los que parece que especialmente, tenemos esa “necesidad” de compañía.
Por supuesto, con independencia de la época del año que sea, lo importante es que pienses qué necesitas tú en este momento, qué buscas en otra persona o qué tipos de vínculos te gustaría establecer.
También a pesar de la presión social o de los mensajes que nos incitan a tener una relación en estos meses, es importante recordar que esa nueva relación tiene que ser producto de encontrarse a gusto con alguien y no tanto del cubrir una necesidad, como en este caso, la de protegernos del frío.
Porque esto no puede llevar a adentrarnos en relaciones que no nos hagan sentir realmente bien. Que sean solo producto de una necesidad y no tanto de una elección acertada.
Y, teniendo en cuenta lo anterior, si tú también te sientes embargado/a por el efecto cuffing, desde Breaking Ice te animamos a conocer a personas que compartan esta misma idea, que busquen algo más allá de un primer encuentro o de tener alguna cita esporádica.
Alguien con quien poder hacer todos esos planes navideños, compartir las tardes lluviosas de sofá y manta y, ¿quién sabe? Quizá esa persona termine por convertirse en algo más, en alguien con quien comenzar a establecer las bases para una relación más estable y duradera.
